El Día Mundial de la Tuberculosis se conmemora cada 24 de marzo en honor al descubrimiento de la bacteria Mycobacterium tuberculosis en 1882. A pesar de los avances médicos, sigue siendo la enfermedad infecciosa más letal, afectando principalmente a países con dificultades de acceso a la salud.
En 2023, se registraron 10.8 millones de casos y 1.25 millones de muertes, lo que resalta la urgencia de reforzar los esfuerzos para su eliminación.
Para 2025, la OMS estableció el lema «¡Sí! Podemos poner fin a la tuberculosis: comprometerse, invertir, cumplir», enfatizando la importancia del compromiso político, la inversión en tratamientos y el cumplimiento de estrategias para erradicar la enfermedad.
Desde el año 2000, más de 79 millones de vidas han sido salvadas gracias a las iniciativas globales, pero aún persisten brechas en el acceso a diagnósticos y tratamientos.
Expertos insisten en que la clave para erradicar la tuberculosis está en la detección temprana, el acceso equitativo a tratamientos y la eliminación de barreras económicas y sociales. La OMS, junto con organizaciones aliadas, continúa promoviendo campañas para concienciar sobre la gravedad de la enfermedad y la necesidad de políticas sanitarias más eficaces.