Cada 12 de febrero se conmemora el Día Internacional para la Prevención del Extremismo Violento Cuando Conduzca al Terrorismo, proclamado por la ONU para concienciar sobre la amenaza que representa este fenómeno en la estabilidad global.
El extremismo violento genera desigualdad, pobreza y atenta contra los derechos humanos, afectando especialmente a mujeres y niños.
El extremismo violento se basa en ideologías radicales que promueven el odio y la intolerancia, utilizando la violencia como medio de imposición. Para combatirlo, se requieren acciones inmediatas por parte de los gobiernos y organismos internacionales, incluyendo la promoción de valores, la educación digital y la protección del legado cultural.
Preservar la paz y los derechos humanos es clave para evitar el avance del extremismo. Fomentar la tolerancia y la solidaridad en las nuevas generaciones es una estrategia fundamental para reducir su impacto y promover sociedades más justas y pacíficas.