El Ejército de Brasil arrestó administrativamente a 17 militares acusados de no haber supervisado ni controlado las armas robadas este mes de un cuartel en Barueri, en Sao Paulo, anunció G1.
Pese a no tener participación directa en el robo, los uniformados estarán arrestados entre uno y 20 días en el cuartel donde se cometió el delito.
Igualmente, el Ejército también pidió a la Justicia Militar la prisión preventiva de seis militares investigados como sospechosos de participar en el robo de las 21 ametralladoras, 17 de las cuales ya fueron recuperadas.
El Ejército informó lo ocurrido el 13 de octubre, cuatro días después de que se diese cuenta del hurto durante una inspección a su arsenal de guerra.
Los 480 militares del cuartel de Barueri estuvieron retenidos durante una semana, con sus celulares confiscados, mientras se realizaba la investigación interna.
Por su lado, el Instituto Sou da Paz consideró que se trató del «mayor desvío de armas registrado por el Ejército brasileño desde 2009». También, las 13 metralletas de calibre .50 -capaces de derribar aviones y perforar tanques- y ocho calibres 7.62 pesaban juntas más de 500 kilos.
Las autoridades sostienen que las armas iban destinadas a dos de las más poderosas bandas criminales en el país: el Comando Vermelho, en Río de Janeiro, y el Primeiro Comando da Capital (PCC), en Sao Paulo.