En las últimas semanas, las autoridades del estado mexicano de Chiapas han detenido a 55 policías acusados de colaborar con organizaciones criminales en delitos como secuestros y desapariciones forzadas.
Estas detenciones se suman a las de otros 92 uniformados arrestados a mediados de mes por obstruir un operativo mediante bloqueos y ataques al personal de un centro de videovigilancia, según informó el fiscal general del estado, Jorge Luis Llaven Abarca.
Llaven Abarca señaló que estos oficiales proporcionaban información estratégica a grupos delictivos, lo que pone en evidencia la infiltración del narcotráfico en las fuerzas policiales de Chiapas.
El caso cobró relevancia pública en febrero pasado, cuando Germán Alegría Estrada, entonces director de Seguridad Pública del municipio de Berriozábal, confesó en un video que policías municipales estaban implicados en secuestros y desapariciones forzadas. El video fue grabado bajo coerción por presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación. Días después, Alegría Estrada fue hallado asesinado dentro de un vehículo.
El estado de Chiapas, conocido como una de las puertas de entrada al narcotráfico en México, enfrenta una creciente crisis de inseguridad y corrupción dentro de sus instituciones policiales. Este problema, según expertos, podría intensificarse si no se fortalecen los mecanismos de control y supervisión de las fuerzas del orden.
México sigue enfrentando serios problemas de corrupción policial.
147 agentes detenidos es un paso importante hacia la justicia.
Es vital depurar las instituciones de seguridad pública.
Estos vínculos dañan la confianza de la ciudadanía.
Un gran golpe contra el crimen organizado en el país.
La corrupción policial afecta la lucha contra el narcotráfico.
Urge un plan integral para prevenir futuros casos.
La justicia debe actuar sin contemplaciones en estos casos.
Una señal de que el sistema necesita reformas profundas.
La sociedad espera transparencia en este proceso judicial.