Un informe reciente de la Fundación Mo Ibrahim revela que el progreso en la gobernanza democrática en África se ha detenido desde 2022, tras varios años de estancamiento.
La última edición del Índice Ibrahim de Gobernanza Africana indica que 21 países del continente han visto un retroceso en la calidad de su gobernanza, afectando a casi la mitad de la población africana.
El retroceso democrático está vinculado a una creciente inestabilidad, con conflictos como la guerra en Sudán y los golpes de Estado en África occidental y central.
Según Mo Ibrahim, esta situación fomenta la violencia y contribuye a un «arco de inestabilidad», lo que ha impedido avances significativos en los últimos años.
El informe también destaca la influencia de tendencias globales como la «política del hombre fuerte», que alienta a los autócratas y pone en peligro los esfuerzos de democratización en el continente. La situación plantea grandes desafíos para el futuro de la gobernanza en África.
El informe destaca cómo los conflictos están frenando la gobernanza en África, afectando a millones.
La situación en Sudán y los golpes de Estado agravan el retroceso democrático en el continente.
Es alarmante ver que casi la mitad de la población africana enfrenta un deterioro en la calidad de vida.
Las tendencias globales, como la «política del hombre fuerte», amenazan los avances democráticos.
Se hace urgente un enfoque renovado para abordar la inestabilidad y fomentar la gobernanza efectiva.
La violencia sigue siendo un obstáculo principal para el progreso en varias naciones africanas.
Es esencial que los líderes africanos trabajen juntos para revertir este arco de inestabilidad.
La comunidad internacional debe apoyar los esfuerzos de democratización en el continente
Este estancamiento en la gobernanza resalta la necesidad de una mayor inversión en educación y desarrollo.
El futuro de África depende de su capacidad para superar estos retos y promover la estabilidad.