De acuerdo a datos recientes de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos, la entrada de lleno del país norteamericano e Irán en el conflicto en Medio Oriente, repercutiría en el estrecho de Ormuz, uno de los principales corredores de petróleo a nivel global por el que transitan entre una quinta parte y un tercio del petróleo mundial.
El estrecho de Ormuz conecta el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, y desemboca en el Mar Arábigo. Sus aguas pertenecen a Emiratos Árabes, Omán y, precisamente, Irán. Así, este corredor podría utilizarse como arma arrojadiza entre Washington y Teherán.
Asimismo, Irán, Emiratos Árabes y Omán, aparte de ser los tres países que controlan el estrecho de Ormuz, también pertenecen a la OPEP+ y acumulan el 16,7% de la producción mundial de crudo, según los registros del mes de agosto [los últimos disponibles] de la Agencia Internacional de la Energía.
Además de los tres países mencionados, por el estrecho de Ormuz también fluye petróleo de otras naciones como Arabia Saudí, Iraq, Kuwait y Qatar. Esto provoca que, según los últimos datos de la Administración de Información de Energía de EEUU (EIA) pertenecientes a 2018, se calcula que, entre una quinta parte del petróleo mundial, se transporte a través de este corredor.
En este sentido, y más allá de que ese petróleo que transita el estrecho de Ormuz fluya hasta multitud de países como Arabia Saudí, India, China, Singapur, Corea del Sur, Japón, o incluso EEUU, puede darse una situación que no solo afectaría a estos receptores.
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