La capital de Finlandia acogió este jueves al mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, con estrictas medidas de seguridad y la vista puesta en Rusia, por el temor de que su visita pueda ser interpretada como una provocación.
Las calles del centro de Helsinki se encontraban completamente cerradas al tráfico. Guardias vestidos con uniformes azul oscuro y chalecos amarillos custodiaban cada esquina, mientras una hilera de vallas marcaba la ruta por la que pronto circularía el líder estadounidense.
Detrás de esas vallas, cientos de finlandeses, muchos de ellos jóvenes, esperaban ansiosos para ver pasar la «Bestia», el Cadillac One de color negro en el que se trasladaba Biden.
Desde entonces, mucho ha cambiado: el 24 de febrero de 2022, Putin ordenó la invasión de Ucrania, lo que llevó a Finlandia, junto con Suecia, a abandonar la posición de neutralidad que habían mantenido durante tres décadas y solicitar su ingreso en la OTAN.
Finlandia se convirtió en el miembro número 31 de la Alianza en abril de 2023 y Suecia podría pronto seguir sus pasos, después de que Turquía anunciara esta semana que levantaba el veto a su candidatura.