La jueza Paola Plaza cerró este lunes la investigación sobre la muerte del poeta chileno y Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, y alista la sentencia que determinará si el escritor murió por el cáncer de próstata avanzado que lo aquejaba o si fue envenenado por un agente secreto de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Neruda falleció en la Clínica Santa María de Santiago 12 días después del golpe de Estado que derrocó al Gobierno del expresidente socialista Salvador Allende (1970-1973) y un día antes de exiliarse en México, donde podría haberse convertido en el gran opositor al dictador.
Luego del cierre de la investigación, la sentencia podría llegar dentro de los próximos 15 días, excepto si las partes solicitan alguna otra diligencia.
«Desde un punto de vista procedimental, las partes disponen de un plazo de 15 días corridos para solicitar la reapertura de la investigación si consideran que hay diligencias pendientes y necesarias para esclarecimiento de los hechos y que se hubieren desestimado u omitido por el tribunal», señala en comunicado emitido esta tarde por el Poder Judicial.
La tesis del envenenamiento fue planteada públicamente por primera vez por el chofer y secretario del poeta, Manuel Araya, fallecido el pasado mes de junio a los 77 años. Su testimonio fue la base de la denuncia que presentó el Partido Comunista –respaldada por parte de la familia del escritor– y que en 2011 dio origen a la investigación en curso.
La indagatoria ha contado con la intervención de tres paneles internacionales. El segundo de ellos contradijo la versión oficial hasta entonces que atribuía la muerte de Neruda a su enfermedad y reveló la presencia de «clostridium botulinum», responsable del botulismo, en un molar del poeta luego de que sus restos fueran exhumados en 2013.
El tercer grupo de expertos, que entregó su informe final a la magistrada Plaza en febrero pasado, debió determinar si el bacilo, que se encuentra por lo general en la tierra y que puede causar problemas al sistema nervioso e incluso la muerte, estaba en el cuerpo de Neruda en el momento de fallecer o si penetró de alguna forma después.
El documento pericial se sumará al resto de declaraciones, informes policiales, documentos y diligencias que, juntas, conducirán a la resolución de Plaza.
Días antes de la entrega de las conclusiones de los forenses, el sobrino del poeta, Rodolfo Reyes, quien tuvo acceso al informe por ser querellante en la causa, afirmó que los expertos concluyeron que el «clostridium botulinum» encontrado en 2017 en los restos del escritor «estaba en su cuerpo en el momento de la muerte».
Para la familia, esto es una prueba irrefutable de que Neruda fue envenenado durante su permanencia en la clínica.
De confirmarse esta hipótesis, la incógnita seguiría siendo cómo o quién habría introducido la toxina botulínica en el cuerpo del Premio Nobel.