Cientos de migrantes en el sur de México han optado por solicitar refugio en el país, tras la cancelación del programa CBP One, que les permitía gestionar citas para pedir asilo en Estados Unidos. Esta decisión, tomada por el presidente Donald Trump al asumir su cargo el lunes, ha dejado a miles sin alternativas inmediatas para continuar su ruta hacia el norte.
En Tapachula, Chiapas, fronteriza con Guatemala, largas filas frente a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) reflejan la desesperación de quienes huyen de la violencia, la pobreza y persecuciones políticas. Engelber Vázquez, un venezolano de 42 años, aseguró que regresar a su país sería una sentencia de muerte, pues está perseguido por protestar contra la reelección de Nicolás Maduro.
Carlos Alfredo Maduro, un hondureño que llegó hace tres meses, expresó que la cancelación de CBP One lo llevó a considerar refugiarse en México. “No queremos regresar a nuestro país. México me ha tendido la mano”, declaró.
Por su parte, Luis, un migrante cubano, afirmó que ve en México una oportunidad para rehacer su vida: “Aquí se puede vivir bien. Si existe la posibilidad, el plan es quedarnos”.
Además de la eliminación de CBP One, Trump anunció la reactivación del programa “Quédate en México” y el despliegue de 1,500 militares para reforzar la seguridad fronteriza. Estas políticas han generado críticas de organizaciones como Médicos Sin Fronteras, que calificaron la cancelación de CBP One como “irresponsable”, argumentando que expone a los migrantes a mayores riesgos en una ruta marcada por la violencia.
Mientras tanto, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha abierto la posibilidad de regularizar a migrantes o repatriarlos de manera voluntaria. Según cifras oficiales, México otorgó refugio a casi 23,000 extranjeros entre enero y noviembre de 2024.