La Real Academia Sueca de las Ciencias otorgó el Premio Nobel de Física de 2023 a Pierre Agostini (Universidad Estatal de Ohio, EEUU), Ferenc Krausz (Instituto Max Planck de Óptica Cuántica, Universidad de Múnich, Alemania) y Anne L’Huillier (Universidad de Lund, Suecia) por su gran aporte al estudio de la dinámica de los electrones.
Y es que, con sus investigaciones, los tres premiados demostraron una forma de crear pulsos de luz extremadamente cortos que se pueden utilizar para medir los procesos rápidos en los que los electrones se mueven o cambian de energía.
De igual manera, la trayectoria de Agostini, Krausz y L’Huillier no solo ha resultado en el mayor de los reconocimientos por parte de la sociedad científica, sino también en el diseño de innovadoras herramientas para explorar el mundo de los electrones en el interior de los átomos y moléculas: una tarea que, durante años, había estado limitada por los recursos tecnológicos disponibles.
Luego de una primera entrega en la disciplina de Medicina, este martes se ha hecho público en el antiguo edificio de la Bolsa de Estocolmo el veredicto relativo al premio que también recibieron en su momento mentes brillantes como la de Marie Curie (1903), Guglielmo Marconi (1909), o Albert Einstein (1921), entre otros.
Tal y como sucede con las películas, que responden a una sucesión muy veloz de imágenes estáticas, los eventos que se mueven rápidamente fluyen entre sí cuando son percibidos a simple vista. Por esta razón, la misión de estudiar el comportamiento de los átomos, cuya dinámica se desarrolla en attosegundos -equivalente a la trillonésima parte de un segundo-, había sido hasta ahora un gran desafío para los científicos.
Los premiados, no obstante, dedicaron su carrera a tratar de resolver esta carencia y, tras décadas de investigación, dieron con una herramienta basada en pulsos de luz tan cortos que se pueden utilizar para proporcionar imágenes de procesos dentro de átomos y moléculas.
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