El sector inmobiliario chino sigue enfrentando dificultades a pesar de que el gobierno ha inyectado medio billón de dólares en un intento por estabilizar el mercado.
Las acciones del sector se desplomaron tras una rueda de prensa del ministerio de Vivienda, que no logró cumplir con las expectativas de un paquete de estímulo más robusto.
Economistas como Larry Hu de Macquarie señalaron que las medidas, aunque pueden aliviar la situación financiera de los promotores, son insuficientes para restaurar la confianza en el mercado inmobiliario.
En la rueda de prensa, el ministerio anunció planes para casi duplicar los préstamos bancarios a proyectos inmobiliarios designados, alcanzando un total de 4 billones de yuanes (561.000 millones de dólares) para finales de 2024. Sin embargo, los inversores mostraron escepticismo, reflejado en una caída del 5% en el índice inmobiliario CSI300.
A pesar de que los préstamos para proyectos en la “lista blanca” han alcanzado los 2,23 billones de yuanes (313.000 millones de dólares), la percepción general es que el sector inmobiliario, que representa el 30% de la actividad económica de China, sigue siendo una de las principales causas de los problemas económicos del país.
La crisis del sector inmobiliario, que comenzó a enfriarse en 2019 y se profundizó en los últimos años, ha llevado a la caída de precios y a la pérdida de confianza de los consumidores.
El gobierno ha implementado recortes en las tasas de interés y en los requisitos de hipoteca para intentar estimular el sector, pero la recuperación sigue siendo incierta, lo que ha tenido un impacto negativo en el crecimiento económico general de China.