El índice Nikkei 225 de la Bolsa de Tokio registró una caída histórica del 12,4%, la peor desde 1987, tras la publicación de datos laborales débiles en Estados Unidos. Esta caída provocó un efecto dominó en los mercados globales, afectando también a Europa y otras regiones de Asia.
El fortalecimiento del yen, resultado de un aumento de tasas por parte del Banco de Japón, encareció las acciones japonesas para los inversores extranjeros, intensificando la venta masiva.
En Europa, los índices FTSE 100 y Euronext 100 abrieron con caídas significativas, mientras que en Asia, mercados como Taiwán, Corea del Sur, India, Australia, Hong Kong y Shanghái también se desplomaron. La perspectiva de una recesión en Estados Unidos y la posible respuesta tardía de la Reserva Federal contribuyeron a la volatilidad, con los mercados esperando recortes de tasas en las próximas reuniones de la Fed.
Las preocupaciones por la salud económica de Estados Unidos y las tensiones geopolíticas entre Israel e Irán añadieron más presión al mercado.
La turbulencia también afectó al mercado de criptomonedas, con bitcoin y ether registrando caídas del 16% y 17%, respectivamente. La negociación de futuros del Topix y el Nikkei en Tokio fue suspendida debido a la intensa venta.
En otros mercados asiáticos, el Kospi de Corea del Sur cayó un 8,8% y el S&P/ASX de Australia un 2,5%. El índice Vix, conocido como el «índice del miedo» de Wall Street, subió por encima de los 40 puntos, su nivel más alto desde el inicio de la pandemia de COVID-19.
Wow que lunes negro