El expresidente brasileño Jair Bolsonaro descartó la posibilidad de pedir asilo político en Estados Unidos mientras enfrenta un juicio en el Tribunal Supremo de Brasil por presuntamente liderar un intento de golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022.
En una entrevista con Folha de São Paulo, aseguró que no tiene intención de abandonar el país y negó haber tratado el tema con algún jefe de Estado. Su hijo, Eduardo Bolsonaro, ha dejado temporalmente su escaño en la Cámara de Diputados y se encuentra en EE.UU.
El Supremo aceptó esta semana la denuncia de la Fiscalía contra Bolsonaro y otros siete aliados, incluidos exministros y militares de alto rango, quienes podrían enfrentar hasta 40 años de prisión. Según el juez Alexandre de Moraes, hay pruebas de que Bolsonaro intentó invalidar el resultado electoral y mantenerse en el poder.
Se le vincula además con el ataque del 8 de enero de 2023, cuando bolsonaristas invadieron las sedes del Congreso, la Presidencia y el Supremo Tribunal en Brasilia para exigir una intervención militar contra el gobierno de Lula da Silva.
Bolsonaro insiste en que nunca consideró dar un golpe, aunque reconoce que discutió con la cúpula militar la posibilidad de activar estados de excepción. También reiteró que la justicia electoral le perjudicó en los comicios.
A sus 70 años, considera que una posible condena significaría «el fin» de su vida y asegura que las acusaciones en su contra forman parte de una «narrativa» construida en su contra.
Bolsonaro dice que no se va, pero si la cosa se le pone fea, quién sabe si cambia de opinión.
Dice que no pidió asilo, pero el hijo anda en EE.UU. ¿Será que está tanteando el terreno?
Ese juicio se ve caliente, 40 años de prisión no es relajo.
Lo curioso es que antes él era el que hablaba de meter presos a los demás. Ahora le toca a él.
De Moraes no le quita el pie de encima, lo tiene acorralado.