En sus últimos días en la presidencia, Joe Biden planea emitir un decreto que prohíba de manera permanente la explotación de petróleo y gas en ciertas aguas costeras de Estados Unidos, buscando dificultar los planes del presidente electo Donald Trump de expandir la producción energética.
La medida, basada en la Ley de Tierras de la Plataforma Continental Exterior de 1953, protegería áreas críticas en el océano Pacífico, cerca de California, y en el golfo de México, al este de Florida.
Aunque los presidentes tienen cierta capacidad para revocar decisiones de sus predecesores, una anulación completa de esta naturaleza nunca ha sido respaldada por los tribunales. De hecho, un intento similar de Trump para revertir protecciones implementadas por Barack Obama fue rechazado por la justicia.
Sin embargo, se anticipa que el mandatario entrante intentará eliminar estas restricciones para priorizar la perforación y aumentar los suministros de petróleo y gas, prometiendo llevar a Estados Unidos hacia la independencia energética.
La acción de Biden no afectaría los arrendamientos existentes ni las actividades de perforación en curso, pero busca garantizar la resiliencia costera y proteger el medio ambiente.
Este enfrentamiento refleja las profundas diferencias entre las políticas climáticas y energéticas de ambos líderes, marcando un cambio significativo en la dirección del país respecto a la producción de combustibles fósiles.