Ocultos en pequeños pueblos desalojados por la guerra, cientos de soldados ya están alistados para enfrentar una probable incursión terrestre y una andanada de misiles lanzados por Hezbollah, la organización terrorista que opera desde el Líbano contra Israel.
Además de los jóvenes voluntarios con sus fusiles livianos, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han desplegado tanques, ametralladoras, cohetes, drones y helicópteros artillados, asumiendo que esa zona de la frontera norte podría ser un flanco de avance del régimen iraní.
Desde Tel Aviv hasta las cercanías con el Líbano hay casi 130 kilómetros, pero la marcha se hace lenta ante los puestos de control desplegados por el ejército y las fuerzas de seguridad.
Hezbollah es un brazo armado de Irán, y las Fuerzas de Defensa de Israel consideran muy probable que los terroristas asentados en el Líbano ataquen de manera sistemática en los próximos días. Hossein Amir Abdollahian, canciller de Irán, aseguró que “otros múltiples frentes” podrían abrirse contra Israel si ratifica su intención de terminar con Hamas en Gaza.
El canciller iraní Abdollahian disparó esta amenaza pública tras mantener encuentros con Ismail Haniyeh, jefe político de Hamas; Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, y Bashar al Assad, presidente de Siria. No fue casualidad que Abdollahian haya realizado un raid por Doha, Beirut y Damasco a pocos días de la probable ofensiva sobre la Franja: se trata de terroristas que niegan el Holocausto y se han jurado disolver el Estado de Israel.