La Autoridad Palestina (AP) ha enfrentado críticas por su represión en el campo de refugiados de Jenin, en la Cisjordania ocupada, donde lanzó una operación de seguridad contra las Brigadas de Jenin.
Como parte de estas acciones, la AP prohibió las operaciones de Al Jazeera en la región, lo que activistas y analistas denuncian como un intento de silenciar las críticas. Además, se acusa a la AP de tácticas como citaciones, detenciones arbitrarias y censura en redes sociales, buscando consolidar su narrativa oficial sobre la operación.
El trasfondo de estas tensiones incluye décadas de ocupación israelí, donde la AP ha sido acusada de colaborar con Israel en virtud de los Acuerdos de Oslo.
Mientras grupos armados palestinos resisten la ocupación, la AP ha intensificado sus esfuerzos para mantener el control en áreas como Jenin, en ocasiones empleando tácticas coercitivas y limitando las libertades civiles de los habitantes.
La censura y la represión de la AP no solo afectan a los críticos dentro de Cisjordania, sino que también buscan deslegitimar a grupos como las Brigadas de Jenin al asociarlos con intereses extranjeros.
Sin embargo, activistas y organizaciones de derechos humanos denuncian que estas medidas, lejos de garantizar la estabilidad, socavan los derechos fundamentales de los palestinos y complican aún más la lucha por su autodeterminación.