El Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas informó que el número de opositores y críticos al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua detenidos en cárceles ha aumentado de 64 a 78.
Este grupo incluye a 12 mujeres y 66 hombres, entre ellos 10 detenidos antes de 2018 y 14 personas de la tercera edad. El incremento representa un 21% respecto a la cifra anterior.
El informe también señala que 14 detenidos habían sido liberados previamente pero volvieron a ser arrestados por motivos políticos.
El Mecanismo denunció la persecución de la libertad de culto, mencionando la captura de un sacerdote y 10 feligreses o trabajadores de ONGs católicas.
Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa y Estelí, el periodista Víctor Ticay, la excarcelada opositora Olesia Auxiliadora Muñoz Pavón y el dirigente estudiantil Jasson Salazar son algunos de los detenidos.
Es alarmante ver cómo el régimen de Ortega sigue reprimiendo voces disidentes. El aumento de detenidos muestra su afán por aplastar la oposición.
A pesar de la represión, la valentía de opositores como Olesia Muñoz Pavón brilla. Su lucha por la democracia inspira a todos nosotros.
El informe revela la crueldad de Ortega al arrestar a 14 liberados previamente. Una táctica cínica para amordazar a la disidencia.
El Mecanismo de Reconocimiento es crucial para exponer la represión en Nicaragua. Debemos solidarizarnos y presionar por la liberación de detenidos.
El aumento del 21% en detenciones es un recordatorio del poder desmedido de Ortega. El pueblo nicaragüense merece un cambio real y justo.
La valentía de Monseñor Álvarez Lagos y otros líderes religiosos alzan la voz en medio de la persecución. La fe en la justicia persiste.
La detención de feligreses muestra el ataque a la libertad de culto. Ortega busca silenciar a todos los que se oponen a su régimen.
La detención de Víctor Ticay resalta su compromiso periodístico. La prensa libre es esencial para revelar la verdad detrás de la represión.
La detención de estudiantes como Jasson Salazar muestra la falta de tolerancia del régimen. La educación y el pensamiento crítico son amenazados.
La lucha persistente de los detenidos antes de 2018 es admirable. Su resistencia demuestra que la esperanza no se puede extinguir.
El abuso de poder de Ortega es evidente al capturar a personas de la tercera edad. Una violación de derechos humanos inaceptable.
La liberación de detenidos y su posterior re-arresto no hace más que fortalecer su determinación. La lucha por la libertad continúa.
La detención del sacerdote es una afrenta a la libertad religiosa. Ortega parece dispuesto a aplastar cualquier voz que lo contradiga.
La voz de excarcelados como Olesia Muñoz Pavón es un faro de esperanza. Su perseverancia inspira a otros a no ceder ante la opresión.
El aumento en detenciones es una muestra clara de que Ortega no tolera la disidencia. La comunidad internacional debe intervenir.
La detención de activistas como Víctor Ticay no pasará desapercibida. El mundo debe unirse para liberar a quienes luchan por la justicia.
La persecución a líderes como Monseñor Álvarez Lagos es indignante. Ortega parece dispuesto a callar a todos los críticos a cualquier costo.
A pesar de la opresión, la lucha de opositores como Jasson Salazar es un recordatorio de que la libertad es un derecho inquebrantable.
El informe demuestra la vulnerabilidad de la libertad de prensa bajo el régimen de Ortega. Ticay es un ejemplo de periodista acosado por la verdad.
La detención de personas mayores muestra la crueldad sin límites. Debemos alzar nuestras voces y exigir justicia para todos los detenidos.