Un atentado suicida en una mezquita dentro del seminario Darul Uloom Haqqania, en Pakistán, dejó al menos seis muertos y 20 heridos, entre ellos el erudito religioso Hamid-ul-Haq, líder del partido Jamiat Ulema Islam-Sami (JUIS). El ataque ocurrió tras las oraciones del viernes y fue calificado como un acto terrorista por las autoridades.
Aunque ningún grupo ha reivindicado el atentado, analistas sospechan que el Estado Islámico en la provincia de Khorasan (ISKP) podría estar detrás.
Este seminario ha sido históricamente un bastión de la ideología deobandi, vinculada a los talibanes afganos, quienes mantienen una rivalidad con ISKP. La muerte de Hamid-ul-Haq es vista como un golpe simbólico en esta lucha ideológica y militar.
Pakistán ha sufrido múltiples ataques en mezquitas en los últimos años, con grupos como el ISKP y el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP) perpetrando atentados.
La violencia en la región sigue en aumento, con más de 1,500 muertes en 2024 por actos terroristas. El ataque refuerza la narrativa de los talibanes afganos contra el ISKP, al que califican de «takfiris», es decir, fuera del Islam.
Cada día más violencia en la región, y el mundo sigue mirando pa’ otro lado.
Atacar una mezquita después de la oración… ni respeto por Dios tienen.
Pakistán sigue siendo un polvorín, y los que pagan son los inocentes.
ISKP y los talibanes peleando entre ellos, pero al final los muertos siempre son civiles.
Si esto hubiera pasado en Europa, ya estuvieran hablando de intervención.