Varios actos de vandalismo y protestas han afectado a Tesla en EE.UU., en medio de un creciente rechazo hacia Elon Musk por su vinculación con la Administración de Donald Trump y su rol en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
Recientemente, un hombre fue sorprendido dibujando una esvástica en una Cybertruck, aunque fue liberado al no causar daños permanentes. Además, se han reportado ataques contra concesionarios y estaciones de carga de la empresa, incluyendo tiroteos, incendios y daños a vehículos, aunque sin dejar heridos.
Las autoridades han registrado al menos una docena de ataques en diferentes ciudades. En Oregón, un concesionario fue tiroteado y en otra sede lanzaron bombas molotov.
En Massachusetts, estaciones de carga fueron incendiadas y vehículos vandalizados con pintura en aerosol. Paralelamente, manifestantes han realizado protestas pacíficas frente a tiendas de Tesla, exigiendo la salida de Musk con carteles y consignas como «Elon Musk tiene que irse».
Este clima de rechazo coincide con la caída en las ventas de Tesla y una reducción del 25 % en la fortuna de Musk desde diciembre, según NBC News. Se cree que su incursión en la política y sus planes de recorte presupuestario y de personal en el Gobierno han generado un impacto negativo en la percepción pública de la compañía, lo que podría estar afectando su desempeño financiero.