En Bangladesh, la comunidad hindú enfrenta una creciente persecución tras la salida de la primera ministra Sheikh Hasina. Un reciente incidente de blasfemia, atribuido a un joven hindú de 17 años, Akash Das, desató una turba violenta en el distrito de Sunamganj.
Krishna Das, un pequeño agricultor de la aldea de Monglargaon, describió cómo su hogar fue atacado y saqueado por una multitud armada, a pesar de que el joven ya había sido arrestado bajo la ley de seguridad cibernética.
El ataque refleja la intensificación de los sentimientos anti-hindúes y anti-India en el país, exacerbados por desinformación y tensiones políticas. Las familias afectadas, como la de Krishna, se enfrentan al miedo y la pérdida total de sus posesiones, en un contexto de creciente inseguridad para las minorías religiosas.
La violencia pone de manifiesto los desafíos de convivencia en Bangladesh y el impacto de los cambios políticos recientes. Las comunidades minoritarias, históricamente aliadas de Hasina, se enfrentan a la inseguridad y el abandono, agravados por campañas de desinformación regional.