La tarde del jueves el fiscal de Babahoyo, en la provincia ecuatoriana de Los Ríos, Genaro Reascos, fue asesinado por sicarios mientras conducía su vehículo en el cantón Alfredo Baquerizo Moreno, en Jujan, provincia de Guayas.
La Fiscalía General de Ecuador (FGE) emitió un comunicado para expresar condolencias a familiares, compañeros y allegados de su compañero, y rechazar «cualquier intento de amedrentamiento» por las labores de investigación que realizan los equipos fiscales.
Además, la FGE se mostró crítica con la Policía Nacional y «demás entidades encargadas de precautelar la seguridad ciudadana y prevenir la comisión de delitos», instándolas a «actuar con más eficacia».
La institución también hizo un llamamiento a la necesidad de fortalecer el sistema de protección de víctimas, testigos y otros participantes del proceso penal, «para impedir que hechos como estos se repitan».
El caso de Genaro Reascos llega precedido de los asesinatos de los fiscales Leonardo Palacios y Édgar Escobar, acribillados en Durán y Guayaquil, respectivamente, en los últimos meses. Además, la fiscal general, Diana Salazar, denunció en junio que había recibido amenazas de muerte.
Reascos Bolaños tenía año y medio trabajando como fiscal de la ciudad de Babahoyo, y se encargaba de investigar casos de muertes violentas.