Las tensiones en Sudán del Sur se han intensificado luego del arresto del ministro de Petróleo, Puot Kang Chol, y del subjefe del ejército, general Gabriel Duop Lam, ambos aliados del vicepresidente Riek Machar.
Al mismo tiempo, soldados han rodeado la residencia de Machar en la capital, Juba, en lo que su partido considera una amenaza directa al acuerdo de paz firmado en 2018 con el presidente Salva Kiir. La situación se agrava tras el reciente ataque de un grupo armado ligado a Machar contra una base militar en el estado del Alto Nilo.
El partido de Machar, SPLM-IO, ha denunciado que estas acciones violan el Acuerdo Revitalizado para la Resolución del Conflicto en Sudán del Sur y ponen en riesgo la estabilidad del país.
La detención de altos funcionarios militares y la militarización de la residencia del vicepresidente generan dudas sobre el futuro del pacto que puso fin a la guerra civil de 2013-2018, la cual dejó más de 400,000 muertos y desplazó a millones de personas. Mientras tanto, el ejército no ha dado explicaciones sobre los arrestos ni sobre el despliegue de tropas.
Las tensiones entre Kiir y Machar han resurgido en medio de conflictos en el Alto Nilo, donde el ejército ha acusado a fuerzas leales a Machar de colaborar con rebeldes del Ejército Blanco, un grupo armado de la etnia Nuer.
Naciones Unidas ya había alertado sobre el aumento de los combates en la zona. Analistas advierten que si la crisis sigue escalando, Sudán del Sur podría enfrentarse nuevamente a un conflicto de gran escala, sumiendo aún más al país en la violencia y la pobreza.