Este domingo Argentina celebra la segunda vuelta de las elecciones presidenciales donde se miden el ministro de Economía, Sergio Massa, y el diputado Javier Milei, en medio de un clima plagado de tensión política e incertidumbre debido a que no hay un claro favorito.
Más de 35 millones de ciudadanos están convocados a participar en el balotaje que se decidió el pasado 22 de octubre, cuando Massa terminó en primer lugar al obtener el 37 % de los votos frente al 30 % que alcanzó Milei.
El ganador recibirá la banda presidencial de manos del presidente Alberto Fernández el próximo 10 de diciembre, justo el día en el que Argentina cumple 40 años de haber recuperado la democracia luego del fin de la última dictadura militar (1976-1983).
Los candidatos
Massa, un abogado de 51 años y candidato de la coalición peronista Juntos por la Patria, reforzó la estrategia de presentarse como un político experimentado, serio, tranquilo y confiable.
Milei, el economista de 53 años y abanderado del partido ultraderechista La Libertad Avanza, que se caracteriza por su volatilidad y discurso de tono más agresivo.
La democracia en acción: Argentina celebra su segunda vuelta electoral con la participación activa de más de 35 millones de ciudadanos.
La diversidad de opciones en los candidatos, representada por Massa y Milei, refleja la riqueza de opiniones en la sociedad argentina.
Un hito significativo: el próximo presidente recibirá la banda presidencial en el 40 aniversario de la recuperación de la democracia en Argentina.
La alta participación ciudadana demuestra el interés y compromiso de la población en la elección de su liderazgo.
Apreciamos la diversidad de estrategias de los candidatos, desde la seriedad de Massa hasta la agresividad del discurso de Milei.
Independientemente del resultado, Argentina sigue fortaleciendo sus instituciones democráticas con este proceso electoral.
Celebramos el respeto por los principios democráticos y la libre expresión de la voluntad del pueblo argentino.
La democracia se fortalece cuando la ciudadanía se involucra activamente en el proceso electoral.