Amnistía Internacional ha denunciado una alarmante ofensiva de las pandillas contra la infancia en Haití, evidenciando graves abusos como reclutamiento forzado, violencia sexual y homicidios.
Según su informe, más de un millón de menores viven en zonas bajo el control de estos grupos criminales, enfrentando amenazas constantes en medio de la crisis política, humanitaria y de seguridad que azota al país. En muchos casos, los niños son obligados a espiar a rivales, realizar tareas domésticas o servir como mensajeros, mientras que las niñas son secuestradas y sometidas a agresiones sexuales.
El informe también documenta testimonios de 18 niñas víctimas de violencia sexual, incluidas 10 que fueron violadas en grupo, muchas de las cuales quedaron embarazadas sin acceso a un aborto seguro. Además, las pandillas han intensificado sus incursiones en barrios vulnerables, dejando un rastro de muertes y heridas en la población infantil.
La violencia se ha normalizado hasta tal punto que algunas víctimas han sido atacadas en múltiples ocasiones, mientras que escuelas y hospitales también han sido blanco de ataques, limitando aún más el acceso a servicios básicos y ayuda humanitaria.
Este estudio, basado en entrevistas a 51 menores y 15 padres entre mayo y octubre de 2024, subraya el colapso de la seguridad en Haití. Con el 85 % de la capital bajo control de pandillas, según la ONU, el país enfrenta una espiral de violencia sin precedentes.
En 2024, al menos 5,601 personas fueron asesinadas por estos grupos criminales, 1,000 más que el año anterior. Ante esta crisis, Amnistía Internacional insta a la comunidad internacional y al gobierno haitiano a tomar medidas urgentes para proteger a la infancia y restaurar el orden en la nación.