República Dominicana. – Amnistía Internacional (AI) reaccionó el jueves a las declaraciones de la vicepresidenta dominicana, Raquel Peña, quien afirmó que en el país no se implementan políticas migratorias racistas.
La organización lamentó que la vicepresidenta se limitara a negar la evidencia del maltrato que, según AI, sufren ciudadanos haitianos en República Dominicana.
«Valoramos la atención que la vicepresidencia ha dado a nuestras denuncias, pero lamentamos que esta respuesta sea simplemente negar la evidencia», señaló AI en un comunicado.
La organización subrayó que la responsabilidad estatal por los hechos que ha documentado con testimonios, estadísticas e imágenes es innegable, y que resistirse al escrutinio público socava la confianza en el Gobierno y perjudica a aquellos a quienes el Estado debe proteger.
Ana Piquer, directora para las Américas de AI, instó al Gobierno dominicano a promover un cambio positivo en su política migratoria, asumiendo responsabilidad y corrigiendo prácticas racistas que violan los derechos humanos. Esto incluye el respeto a las obligaciones internacionales y el cumplimiento del reglamento migratorio que prohíbe la deportación de mujeres embarazadas y menores de edad.
En respuesta a AI, la vicepresidenta Peña rechazó las acusaciones, afirmando que el país «defiende su soberanía» y que los organismos internacionales «pueden decir lo que ellos quieran decir». Peña enfatizó que las políticas dominicanas no van en detrimento de los inmigrantes, independientemente de su origen.Las declaraciones de Peña fueron una respuesta al comunicado de AI del miércoles, en el que la organización pidió al presidente Luis Abinader que priorizara el respeto a los derechos humanos y pusiera fin a las políticas migratorias «racistas» en su segundo período de Gobierno. AI reiteró la necesidad urgente de erradicar el perfilamiento racial y garantizar la dignidad humana de los migrantes haitianos y dominicanos de ascendencia haitiana.
La crítica de Amnistía Internacional a Raquel Peña destaca la necesidad de reconocer y abordar el racismo en la República Dominicana.
La postura de Peña sobre el racismo contra haitianos pone en evidencia las tensiones raciales en el país y la urgencia de un diálogo abierto.
La negativa de Peña a aceptar el racismo subraya la complejidad de las relaciones entre dominicanos y haitianos.
Amnistía Internacional aboga por la justicia y la igualdad, y la reacción a Peña resalta la importancia de escuchar a las organizaciones de derechos humanos.
La crítica de Amnistía Internacional refuerza la necesidad de políticas que promuevan la inclusión y el respeto hacia los haitianos en la República Dominicana.
AI no suelta el tema, y parece que el gobierno tampoco va a ceder.
La Vice no se anda con rodeos, pero la crítica de AI no es cosa fácil de ignorar.
El país tiene derecho a defender su soberanía, pero ¿a qué costo?
La situación con Haití siempre trae cola, es un asunto delicado.
Las tensiones internacionales sobre este tema no se van a calmar pronto.
¿Y qué solución vamos a buscar? Esto no se resuelve solo con palabras.