Pese a las promesas del presidente estadounidense Joe Biden de solucionar el dramático aumento de violencia por armas, todas las iniciativas han sido bloqueadas en el Congreso.
Según cifras del portal estadístico Gun Violence Archive, una base de datos sin fines de lucro, en 239 días del presente año hubo 28.296 muertes por armas en Estados Unidos, el número más alto de la historia reciente en ese país.
Entre las víctimas de este dramático fenómeno se encuentran 198 menores de 11 años y 2.734 adolescentes de entre 12 y 17 años.
Durante este sábado 26 de agosto se registraron dos nuevos tiroteos masivos en el territorio estadounidense que pasaron a engrosar estas trágicas listas.
Siete personas fueron heridas de bala en un ataque en Boston mientras se celebraba un festival caribeño, mientras que en la ciudad de Jacksonville, Florida, un hombre portando armas con simbología nazí mató a tres personas negras.
De acuerdo a las autoridades, se trató de un matanza «de motivación racial», ya que el autor, que se suicidó al ser confrontado por elementos policiales, «odiaba a los negros», según explicó el sheriff de la ciudad.
Este episodio de violencia racial se da apenas unos días después que un jurado estadounidense condenara a muerte al atacante Robert Bowers, responsable de una masacre en una sinagoga en Pittsburgh ocurrida en octubre del 2018, considerada la agresión más letal contra la comunidad judía en la historia de ese país, con 11 víctimas fatales
Las alarmantes cifras han hecho que los propios funcionarios estadounidenses reconozcan públicamente la gravedad de la situación.
«Estados Unidos ha tenido más tiroteos masivos que días en 2023», dijo el 21 de abril el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, durante una reunión del Consejo de Relaciones Exteriores, un influyente think tank con sede en Nueva York.
Sin embargo, pese a estas admisiones, y las promesas del propio Joe Biden como candidato de que abordar esta problemática sería una de las prioridades en caso de llegar a la Casa Blanca, su Gobierno no ha logrado revertir esta tendencia.
Es desolador ver que las promesas de Biden para abordar la violencia armada no se han traducido en medidas efectivas. La situación empeora con cada tiroteo masivo.
Las cifras de violencia armada en Estados Unidos son alarmantes. Es hora de que el Congreso tome medidas concretas para abordar esta crisis y proteger a la sociedad.
Biden prometió acción, pero la violencia armada sigue aumentando. Es crucial implementar reformas efectivas para detener esta tragedia en curso.
El aumento de muertes por armas es un fracaso de liderazgo. El Gobierno debe priorizar la seguridad y trabajar para cambiar esta aterradora tendencia.
Las estadísticas de violencia armada en 2023 son inaceptables. Es hora de que Estados Unidos tome medidas audaces para abordar este problema de una vez por todas.
Las víctimas de violencia armada merecen más que promesas vacías. Necesitamos líderes dispuestos a tomar medidas reales para detener esta crisis.
Las alarmantes cifras de violencia armada demuestran que se necesita una acción urgente. Biden y el Congreso deben poner fin a esta epidemia de tiroteos.
La triste realidad es que las palabras no están salvando vidas. Estados Unidos necesita medidas concretas y legislativas para abordar la violencia armada.
La violencia armada está en aumento, y es hora de que los líderes cumplan sus promesas de proteger a la población. Se necesita acción inmediata.
Las familias afectadas por la violencia armada merecen más que condolencias. La falta de acción es inaceptable en medio de esta crisis.
Los tiroteos masivos son una epidemia en Estados Unidos. La inacción del Congreso es una traición a la seguridad y bienestar de la sociedad.
Las cifras de muertes por armas son devastadoras. Es hora de que los líderes enfrenten este problema con seriedad y aborden sus causas subyacentes.
Es frustrante ver cómo la violencia armada sigue aumentando. Biden debe liderar un cambio real para proteger a las comunidades de Estados Unidos.
Los tiroteos masivos se han vuelto demasiado comunes. Se requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad y el Gobierno para detener esta tragedia.
Biden prometió actuar contra la violencia armada, pero los resultados no son visibles. La seguridad de la población debe ser la máxima prioridad.
La violencia armada es una crisis que no puede ser ignorada. Los líderes deben actuar con valentía para implementar soluciones efectivas.
Las cifras de muertes por armas son inaceptables. Los líderes deben responsabilizarse y tomar medidas concretas para detener esta epidemia.
Las víctimas merecen más que declaraciones. Es hora de que el Congreso actúe y promulgue leyes efectivas para prevenir futuros tiroteos.
La violencia armada no puede ser tolerada. Se necesita una respuesta integral que incluya reformas legislativas y un enfoque en la prevención.
Biden debe cumplir su promesa de abordar la violencia armada. Las vidas de miles están en juego, y se necesita un cambio real.