El Aeropuerto Internacional de Miami suspendió todas sus operaciones la semana pasada para permitir el aterrizaje del presidente Donald Trump, dejando varados a cientos de vuelos.
La medida, tomada por razones de seguridad, causó retrasos tanto en tierra como en el aire, generando molestias entre los pasajeros. Un mensaje interno explicó que no se autorizaría ningún despegue ni aterrizaje hasta que el mandatario abandonara el aeropuerto.
Según empleados del aeropuerto, esta situación ocurre con frecuencia, especialmente los jueves, cuando Trump viaja a su residencia en Mar-a-Lago.
Aseguran que en un plazo de dos horas todo vuelve a la normalidad, pero que durante ese tiempo los vuelos en tránsito deben mantenerse en el aire o desviarse, y los trabajadores prácticamente detienen sus labores por completo.
Las quejas no se limitan a los pasajeros. Residentes cercanos y medios estadounidenses también critican las interrupciones que provocan estas visitas, incluyendo bloqueos de carreteras, pérdida de ingresos para comercios locales, ruidos molestos y gastos de seguridad que podrían no ser reembolsados.
La Administración Federal de Aviación impone además una restricción temporal del espacio aéreo en un radio de 30 millas durante estas visitas.
Óyeme pero ¿y Trump es un presidente o un aeropuerto entero?
Cien vuelos varados por un solo hombre eso e’ un abuso
Pa’ mí que Mar-a-Lago es más lío que beneficio
Cada jueves es un viacrucis en Miami con ese hombre aterrizando
Los pilotos dando vueltas en el aire como si e’ un rally aéreo