La violencia continúa en Pakistán tras el arresto del ex primer ministro Imran Khan, provocando que cada vez más aumente la cantidad de muertos, con un total, hasta el momento, de nueve cadáveres y con el ejército desplegado en todo el país.
Durante la noche, dos líderes más del partido Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) de Khan fueron apresados. El portavoz del PTI, Fawad Chaudhry, fue arrestado el miércoles por la noche, pese a haber obtenido una fianza de protección de los tribunales, y la madrugada del jueves, Shah Mahmood Qureshi, quien era ministro de Relaciones Exteriores en el gabinete de Khan, fue detenido por la policía. El exministro de finanzas del PTI, Asad Umar, también fue arrestado el miércoles.
La policía de Islamabad indicó que los líderes del PTI habían sido arrestados “por incitar a incendios provocados y protestas violentas bajo un plan bien pensado para amenazar la paz”. Asimismo, se han presentado siete casos contra los principales líderes del PTI, incluido Khan, por un ataque perpetrado por simpatizantes del PTI en la casa de un alto oficial militar.
Siete personas murieron y decenas resultaron heridas luego de que estallaran enfrentamientos entre manifestantes y la policía en la ciudad de Peshawar el miércoles, de acuerdo al gobierno. Una persona murió por inhalación de humo tras el incendio de un edificio en Lahore y otra recibió un disparo cerca de un puesto de control militar en la ciudad de Quetta.
Khan fue arrestado por decenas de tropas paramilitares el martes cuando ingresaba al tribunal superior de Islamabad para enfrentar un caso de corrupción. Un juez dictaminó que podría permanecer bajo la custodia de la Oficina Nacional de Responsabilidad durante los próximos ocho días, ya que es investigado por presunta corrupción en un caso de transferencia de tierras, uno de las docenas de casos que enfrenta Khan.
Está bien fea la situación allá