El gobierno de Donald Trump ha detenido sin plazo definido el procesamiento de ciertas solicitudes de residencia permanente (green cards) en EE.UU. para realizar evaluaciones adicionales.
La medida, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional, busca mejorar la detección de fraudes y reforzar la seguridad pública y nacional. Aunque no se especificaron los tipos exactos de solicitudes afectadas, informes de CBS News indican que la pausa impactaría principalmente a refugiados y asilados.
La decisión se basa en una orden ejecutiva firmada por Trump el 20 de enero, titulada «Proteger a EE. UU. contra terroristas extranjeros y otras amenazas a la seguridad nacional y pública», que exige una revisión minuciosa de los extranjeros que buscan ingresar o permanecer en el país.
Expertos en migración consideran la medida como otro obstáculo en los trámites migratorios y un intento de endurecer las políticas contra los inmigrantes.
Además de esta suspensión, el gobierno de Trump busca reforzar los controles migratorios con otras medidas, como un posible acuerdo con el IRS para rastrear direcciones de inmigrantes indocumentados con órdenes de deportación y una propuesta de USCIS para revisar redes sociales de solicitantes de green card. Estas políticas podrían extender aún más los tiempos de espera y dificultar la obtención de la residencia permanente.
Cada día le ponen más trabas a los inmigrantes, como si fuera un lujo querer vivir allá.
Esa pausa seguro se va a convertir en un apagón migratorio.
Si pensaban que los trámites eran lentos antes, ahora será peor.
¿Y cuál es el próximo paso? ¿Un detector de pensamientos en los consulados?
Trump sigue apretando la tuerca en la inmigración, y todavía falta para noviembre.