Hungría y Eslovaquia han manifestado su oposición a seguir respaldando a Ucrania, generando divisiones dentro de la Unión Europea en torno a la asistencia militar y financiera al país eslavo.
Durante una reunión de embajadores de la UE, Hungría rechazó el borrador de un proyecto que proponía nuevas garantías de seguridad y un paquete de ayuda para Kiev. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, argumentó que existen diferencias estratégicas irreconciliables sobre la guerra y sugirió que la UE debería negociar directamente con Rusia, en lugar de insistir en respaldar únicamente a Ucrania.
Por su parte, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, reiteró su rechazo a proporcionar más apoyo militar o financiero a Kiev, desestimando la estrategia de “paz a través de la fuerza” promovida por otros países europeos.
Fico propuso un alto el fuego inmediato, sin esperar un acuerdo de paz definitivo, postura que choca con la de Volodímir Zelenski y varios líderes de la UE. Estas diferencias reflejan la creciente fragmentación dentro del bloque sobre cómo manejar el conflicto y la relación con Rusia.
Mientras tanto, los principales líderes europeos, como Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Ursula von der Leyen, se reunieron en Londres para debatir las garantías de seguridad para Ucrania, en un contexto de tensiones con Estados Unidos.
La falta de consenso dentro de la UE, sumada a la postura incierta de Washington bajo el liderazgo de Donald Trump, deja a Ucrania en una posición vulnerable, con cada vez menos aliados dispuestos a ofrecer apoyo incondicional.