Diez ex guardias de la prisión del estado de Nueva York han sido acusados por su presunta participación en la golpiza fatal de Robert Brooks, un recluso de 43 años que murió un día después del incidente en el Centro Correccional de Marcy.
Imágenes de cámaras corporales revelan que Brooks fue golpeado mientras estaba esposado en una mesa de examen médico, con oficiales colocándole un objeto en la boca y golpeándolo en el estómago.
Un informe forense determinó que la causa de la muerte fue homicidio, con lesiones graves que incluían huesos rotos, daños en órganos internos y restricciones en sus vías respiratorias que le provocaron daño cerebral severo.
El fiscal del caso, William Fitzpatrick, detalló que cinco oficiales enfrentan cargos de asesinato en segundo grado, con penas de hasta cadena perpetua, mientras que otros tres han sido acusados de homicidio involuntario y uno por manipulación de pruebas.
Un décimo sospechoso, aún no identificado públicamente, se entregará próximamente, y tres oficiales más han llegado a acuerdos de culpabilidad. La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ordenó el despido de 13 oficiales y una enfermera tras conocerse el ataque.
Mientras tanto, el sindicato de oficiales penitenciarios condenó las acciones de los acusados, pero insistió en que deben gozar de la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario en un tribunal.
La muerte de Brooks ha reavivado el debate sobre el abuso de autoridad en las prisiones de Estados Unidos y la falta de supervisión en centros penitenciarios.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado que este caso es un ejemplo de los abusos sistemáticos dentro del sistema carcelario y han exigido reformas para evitar que hechos similares se repitan. La investigación sigue en curso, y se espera que el juicio determine la responsabilidad de cada uno de los acusados en la muerte de Brooks.
Increíble que esto siga pasando en las prisiones. Estos abusos de autoridad no deben ser tolerados.
Es lamentable lo que le hicieron a ese hombre. Ojalá este caso sirva de lección para que haya más control dentro de las cárceles.
La brutalidad policial no tiene límites. Es importante que se haga justicia para Robert Brooks.
Estos abusos deben ser castigados con todo el peso de la ley. La impunidad no puede seguir reinando en las cárceles.
Me sorprende que no sea el primer caso de este tipo. El sistema penitenciario de muchos países necesita reformas urgentes.
Es un reflejo de la falta de supervisión que existe en muchos centros penitenciarios. Este tipo de violencia debería erradicarse de una vez por todas.