El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que el 2 de abril planea implementar nuevos aranceles contra la industria automotriz. Según explicó desde la Casa Blanca, la fecha fue elegida estratégicamente para evitar el Día de los Inocentes, aunque reconoció que la medida tendrá un alto impacto económico.
Este anuncio sigue a la firma de un memorando en el que Trump establece la aplicación de “aranceles recíprocos” a los países que gravan productos estadounidenses, con el objetivo de equilibrar las tarifas comerciales.
Los nuevos aranceles no entrarán en vigor de inmediato, sino en un plazo de semanas o meses, y estarán dirigidos a naciones con las que Estados Unidos mantiene un alto déficit comercial.
Trump defendió su política arancelaria como un acto de justicia comercial, asegurando que EE.UU. solo impondrá tasas equivalentes a las que sus socios comerciales ya aplican sobre sus productos.
Entre los sectores más afectados por estas medidas se encuentra la industria automotriz, además del acero y el aluminio, que ya han sido objeto de aranceles del 25 % en el pasado.
La administración Trump ha señalado que las tarifas no serán uniformes, sino que variarán según las barreras comerciales que cada país imponga a EE.UU. El exmandatario insistió en que los aranceles son esenciales para proteger y revitalizar sectores estratégicos de la economía estadounidense, como el acero, que considera clave para la seguridad nacional. Aunque las medidas han generado preocupación en la comunidad internacional, Trump ha reiterado que su objetivo es asegurar un comercio más equitativo para su país.