El dólar sobrevalorado representa un desafío para la economía de EE.UU. y la Administración de Donald Trump, ya que afecta la competitividad de las exportaciones y la producción interna, incluyendo la industria manufacturera y armamentística.
Según un análisis citado por Bloomberg, el economista Stephen Miran advierte que esta situación podría provocar la pérdida del estatus del dólar como moneda de reserva y generar inestabilidad global.
Para enfrentar este problema, el Gobierno de Trump evalúa varias opciones, como aumentar los aranceles, limitar la acumulación de bonos del Tesoro o intervenir en el mercado de divisas para debilitar el dólar.
Además, se plantea la posibilidad de coordinar con otros países una depreciación controlada de la moneda, similar al Acuerdo Plaza de 1985, que involucró a EE.UU., Alemania, Japón, Francia y el Reino Unido.
Mientras tanto, Trump ya ha comenzado a imponer nuevos aranceles a México, Canadá y China como parte de su estrategia económica. Sin embargo, la efectividad de estas medidas sigue siendo incierta, y el Gobierno deberá actuar con cautela para evitar impactos negativos en la estabilidad financiera global.