El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visitará la Casa Blanca el 4 de febrero para reunirse con Donald Trump, siendo el primer líder extranjero en hacerlo tras la reciente toma de posesión del presidente estadounidense.
Este encuentro se produce en un contexto de tensiones en Gaza y el Líbano, a pesar de los frágiles acuerdos de alto el fuego negociados por la administración Trump.
Trump ha reafirmado su apoyo a Israel, desbloqueando ayuda militar y autorizando la transferencia de bombas suspendidas durante la administración anterior.
Netanyahu agradeció este respaldo, calificándolo como crucial para la defensa de Israel y la lucha contra «enemigos comunes». A pesar de sus promesas de priorizar la paz, Trump admitió que desconfía de la estabilidad de los acuerdos actuales en la región.
La visita también refleja el estrecho vínculo entre ambos líderes, cimentado durante el primer mandato de Trump con decisiones como el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén y el reconocimiento de los Altos del Golán como territorio israelí. Ambos han reiterado su compromiso con la seguridad de Israel y la paz en la región.