Irán condenó los ataques israelíes en Siria, calificándolos de inaceptables, y advirtió que las fuerzas israelíes «pagarán un alto precio y serán enterradas» en suelo sirio.
El general Hosein Salamí, comandante de la Guardia Revolucionaria iraní, denunció la creciente presencia israelí cerca de Damasco y Quneitra, prometiendo una respuesta contundente.
El líder supremo iraní, Ali Jameneí, reafirmó que la juventud siria liberará los territorios ocupados y acusó a Israel y Estados Unidos de planificar la caída del depuesto presidente sirio Bashar al Assad, lo que considera parte de una estrategia para debilitar a Irán y al Eje de la Resistencia.
Aunque Irán reconoce que la caída de Assad afecta a sus aliados en la región, asegura que esta situación no reducirá su capacidad de respuesta ni la fortaleza de las alianzas antiisraelíes que lidera, incluyendo a Hamás, Hizbulá y otras milicias en la región.