El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, estaría considerando realizar ataques aéreos preventivos contra Irán para frenar su desarrollo nuclear, según reporta The Wall Street Journal.
Esta decisión rompería con la política estadounidense tradicional de contener a Irán mediante sanciones y diplomacia.
La estrategia, denominada «Máxima presión 2.0», incluye opciones como aumentar la presencia militar en Oriente Medio, reforzar a Israel con armas avanzadas, y usar la amenaza de la fuerza para presionar a Teherán a negociar.
El plan surge tras el debilitamiento de aliados de Irán en la región, como Hezbolá y Hamás, y refleja la preocupación de Trump sobre un posible ataque nuclear iraní durante su mandato.
Sin embargo, Trump busca evitar una nueva guerra directa en Oriente Medio, similar a lo ocurrido con Corea del Norte, aunque la diplomacia fracasó en aquel caso.
Por su parte, Irán descarta negociar bajo presión y asegura que solo aceptará un diálogo en condiciones de igualdad. Su presidente, Masoud Pezeshkian, insiste en manejar las tensiones sin ceder en el desarrollo de su programa nuclear.