El ex luchador de la UFC Conor McGregor enfrenta una demanda civil en Dublín, relacionada con una presunta agresión sexual que habría ocurrido en 2018. Durante la audiencia de este martes, la denunciante, Nikita Ní Laimhin, alegó que McGregor y un segundo hombre, identificado como James Lawrence, la agredieron sexualmente en un hotel de la capital irlandesa.
La defensa de McGregor, en contraste, sostiene que la demanda es un intento de extorsión, argumentando que las acusaciones se centran en obtener una compensación financiera y no una condena penal, dado que el caso es civil.
Según los abogados de Ní Laimhin, el encuentro con McGregor comenzó después de una cena navideña, donde la denunciante y una amiga consumieron alcohol y cocaína.
La defensa de la acusación destacó que Ní Laimhin, quien atravesaba una depresión y estaba en tratamiento médico en esa época, contactó a McGregor por teléfono y fue él quien la recogió en un coche para dirigirse a un hotel en el centro de Dublín, haciendo una breve parada en la residencia de Lawrence.
La denunciante, que trabajaba como peluquera, admitió en su declaración haber participado en conductas cuestionables, pero insiste en que no consentía el acto sexual que alega haber sufrido.
El caso, que ha atraído una gran atención mediática, resalta una vez más las controversias en las que McGregor ha estado envuelto en los últimos años. Aunque el luchador afirma que la denuncia es una “farsa” y un intento de dañar su reputación y finanzas, el tribunal deberá decidir.