Un barco con 96 refugiados rohingyas, incluidos siete niños, llegó a las costas de Aceh, Indonesia, tras una peligrosa travesía desde Myanmar. Seis personas perdieron la vida en el viaje; sus cuerpos fueron encontrados en la orilla y en el mar.
Los sobrevivientes están siendo atendidos en tiendas de campaña, a la espera de que las autoridades encuentren un refugio más seguro para ellos.
La situación de los rohingyas en Myanmar es crítica desde hace años. Perseguidos y despojados de derechos civiles, han sido víctimas de represión y abusos constantes.
La mayoría ha huido a campos de refugiados en Bangladesh, pero otros arriesgan su vida en embarcaciones improvisadas para llegar a países del sudeste asiático como Tailandia, Malasia e Indonesia.
La ONU estima que el flujo de rohingyas hacia Indonesia ha aumentado en el último año, con alrededor de 2,500 llegadas recientes, casi igualando la cifra total de los ocho años previos.
En 2017, una ofensiva militar obligó a más de 700,000 a huir a Bangladesh; estos abusos están siendo investigados por la Corte Penal Internacional. Indonesia enfrenta ahora el reto de brindar refugio y seguridad a estos sobrevivientes.