El gobierno militar de Sudán negó las acusaciones de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) de que sus fuerzas militares atacaron la residencia del embajador emiratí en Jartum.
Según los EAU, el puesto diplomático fue bombardeado por un avión militar sudanés, calificando el hecho como un «ataque atroz» y una violación de las normas diplomáticas.
Además, los Emiratos condenaron los daños causados al edificio y anunciaron que elevarían quejas a la Liga Árabe, la Unión Africana y las Naciones Unidas.
El ejército sudanés rechazó estas afirmaciones y responsabilizó a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), grupo paramilitar rival, por el ataque.
Según el ejército, la RSF ha llevado a cabo varios actos similares durante el conflicto. Sudán y las RSF han estado en guerra por más de un año, y la capital, Jartum, ha sido uno de los principales escenarios de esta confrontación.
La situación se agrava por las tensiones diplomáticas entre Sudán y los EAU, ya que el gobierno sudanés ha acusado previamente a los Emiratos de apoyar a las RSF en el conflicto. Mientras tanto, los combates continúan en Jartum, donde el ejército sudanés intenta recuperar el control de la ciudad.
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