Un grupo de hackers iraníes, presuntamente respaldado por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), ha estado llevando a cabo ataques cibernéticos dirigidos a funcionarios estadounidenses y campañas presidenciales.
Entre sus objetivos están tanto exfuncionarios de las administraciones de Trump y Biden como figuras clave en la política exterior estadounidense.
En uno de los ataques más recientes, lograron acceder a la cuenta de correo electrónico de Roger Stone, un aliado cercano de Trump, como parte de un esfuerzo por vulnerar la campaña del expresidente.
Estas operaciones de pirateo incluyen técnicas de phishing y hack-and-leak, similares a las utilizadas por Rusia en las elecciones de 2016. Los hackers envían correos que aparentan ser solicitudes legítimas de instituciones académicas o diplomáticas, pero contienen enlaces maliciosos.
La intención detrás de estas acciones es robar información, sembrar discordia y posiblemente influir en los resultados de las elecciones presidenciales de 2024.
A pesar de la creciente vigilancia de los servicios de inteligencia estadounidenses, Irán sigue mostrando una postura agresiva en el ciberespacio.
El régimen iraní ha ampliado sus tácticas cibernéticas en los últimos años, pasando del espionaje a la recopilación de información para posibles secuestros o asesinatos.
Estas actividades se han intensificado desde la muerte del general iraní Qasem Soleimani en 2020, con múltiples complots detectados para asesinar a exfuncionarios de la administración Trump.
Las autoridades estadounidenses están en alerta máxima, dado el impacto potencial de estos ataques cibernéticos en el proceso electoral.