La audiencia judicial que podría poner fin al caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, comenzó este miércoles en Saipán, la isla más grande de las Islas Marianas del Norte.
Durante el juicio, Assange se declaró culpable del cargo de conspirar para obtener y divulgar documentos clasificados de defensa nacional de EE.UU., como parte de un acuerdo con el Departamento de Justicia estadounidense.
Assange afirmó que no fue coaccionado ni sobornado para admitir su culpabilidad. Se espera que sea sentenciado a cinco años, equivalente al tiempo que ya cumplió en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, en Londres, lo que le permitirá ser liberado. Tras el juicio, se prevé que Assange viaje a Australia, su país natal.
El acuerdo también estipula que Assange debe instruir a WikiLeaks para que destruya la información clasificada y presente una declaración jurada confirmando la acción. Los representantes del Gobierno estadounidense indicaron que no buscarán la confiscación de sus bienes.
Assange, al describir sus acciones, expresó que creía estar protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU., que garantiza la libertad de expresión, de prensa y de religión. Sin embargo, mencionó que esta enmienda y la Ley de Espionaje se contradicen entre sí.
Assange ha pasado 1.901 días en Belmarsh mientras luchaba contra la extradición a EE.UU., donde enfrenta 175 años de prisión por la publicación de documentos militares secretos y cables diplomáticos confidenciales sobre las actividades de Washington en las guerras de Irak y Afganistán.