La incidencia del cáncer de pene está en aumento a nivel mundial, y Brasil ha visto más de 6.500 amputaciones de pene en la última década debido a esta enfermedad.
João, un funcionario brasileño retirado, es uno de los afectados. En 2018, notó una verruga en su pene y, tras consultar a numerosos médicos durante cinco años sin obtener un diagnóstico claro, finalmente en 2023 se le diagnosticó cáncer de pene, lo que resultó en una amputación parcial.
Según datos del Ministerio de Salud de Brasil, entre 2012 y 2022, 21.000 hombres fueron diagnosticados con cáncer de pene y más de 4.000 murieron. Maranhao, el estado más pobre de Brasil, tiene la mayor incidencia de esta enfermedad en el mundo, con una tasa de 6,1 por cada 100.000 hombres.
El cáncer de pene, que comienza con una llaga que no cicatriza, puede ser tratado eficazmente si se detecta a tiempo. Sin embargo, si no se trata, puede requerir amputaciones parciales o totales, afectando significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Las infecciones persistentes por el virus del papiloma humano (VPH) son uno de los principales factores de riesgo de esta enfermedad.