El panorama se complica aún más para el exjuez portugués Hélder Claro, destituido de la magistratura el pasado mes de abril bajo sospechas de corrupción urbanística, abuso de poder y lavado de millones en criptomonedas.
En esta ocasión, la Policía Judicial de Oporto está investigando a Claro por presuntamente reclutar bajo engaño a mujeres brasileñas para trabajar como acompañantes en un club nocturno en Oporto. Según el diario Jornal de Notícias, Claro utilizó a una amiga brasileña para prometer a al menos siete mujeres de ese país trabajo en un bar, aunque en realidad era para ejercer de acompañantes.
Las investigaciones se basan en escuchas telefónicas realizadas en su coche, las cuales revelaron que Claro gestionó la llegada al país de las brasileñas, quienes ingresaron como turistas después de que un consulado portugués en Brasil les denegara el visado de trabajo. El diario portugués asegura que las investigaciones están «en la fase final» y se espera que pronto se presenten los cargos contra el exmagistrado.
Además de estas acusaciones, Claro es sospechoso de intentar lavar cerca de 90 millones en criptomonedas provenientes de delitos informáticos, en un esquema en el que estaba involucrado un exagente de policía detenido por tráfico internacional de drogas. Según la prensa local, el exjuez intentó, sin éxito, introducir ese dinero en el sistema bancario internacional; los bancos rechazaron sus transferencias y alertaron a la Policía.
Claro también está siendo investigado por abuso de poder, malversación y corrupción en inversiones inmobiliarias durante la instalación de una sucursal de una cadena internacional de supermercados en Matosinhos, una ciudad vecina a Oporto.