El Papa Francisco, en su última oración dominical del año, deseó a todos los fieles un feliz Año Nuevo y rezó, entre otras cosas, por el bienestar de las personas que se enfrentan a conflictos bélicos.
Recordó al «atormentado pueblo ucraniano, a los pueblos palestino e israelí, al pueblo sudanés y a tantos otros», así como las tragedias de Nigeria y Liberia.
«Al final del año, tengamos el valor de preguntarnos: «¿Cuántas vidas han sido destrozadas por los conflictos armados? ¿Cuántos muertos? Y cuánta destrucción, cuánto sufrimiento… ¡cuánta pobreza!», exclamó el Papa.
«¡Que los que tienen intereses en los conflictos escuchen la voz de la conciencia!», dijo.
¡Papa Francisco debería enfocarse en problemas reales en lugar de rezar!
¿Realmente las oraciones del Papa cambian algo en el mundo? ¿O solo son simbólicas?
¡Papa Francisco debería enfocarse en problemas reales en lugar de rezar! ¡Acción, no palabras!
¡La oración también es una forma de acción! El Papa Francisco aborda problemas reales a través de la fe y la solidaridad. La oración no excluye la acción, sino que la complementa. ¡No subestimemos el poder de la fe en la transformación social!
¡Qué hipocresía! Debería enfocarse en solucionar los problemas de la Iglesia.
¡Vaya, qué valiente criticando desde la computadora! ¿Y tú qué haces para solucionar los problemas de la Iglesia? Fácil señalar con el dedo, ¿no? Mejor colabora en vez de juzgar. ¡Menos palabras y más acción, amigo!
¿Y si en lugar de rezar, el Papa Francisco tomara acciones concretas por la paz?
Poner en práctica la paz va más allá de las palabras. El Papa Francisco debería liderar con acciones concretas en lugar de quedarse en discursos. La verdadera fe se demuestra con hechos, no solo con oraciones. Es hora de pasar de la retórica a la acción. ¡La paz necesita acciones, no solo rezos!