El Tribunal Supremo de Kenia prorrogó la orden de bloquear el envío de agentes de policía a Haití, aunque el Parlamento aprobó la petición del Gobierno de enviar 1,000 agentes al país caribeño para contribuir con el cese de violenvia entre las bandas haitianas.
El juez del Tribunal Supremo Chacha Mwita aseguró que emitirá un fallo retrasando el envío de agentes de seguridad a Haití, donde está previsto que dirijan una fuerza multinacional coordinada por el Consejo de Seguridad de la ONU.
El despliegue previsto fue bloqueado por primera vez por el Tribunal Superior de Nairobi en el mes de octubre.
Cualquier decisión tomada por el Tribunal Superior en enero puede ser recurrida, lo que significa que podría haber una batalla prolongada sobre el envío de las tropas a Haití.
La decisión por parte del gobierno recibió críticas, el poder judicial se produjo horas después de que el Parlamento de Kenia aprobara una moción que permitía el despliegue de los agentes de seguridad.
Pero el gobierno fue inmediatamente criticado por desobedecer las órdenes judiciales emitidas por primera vez en octubre, que prohibían el despliegue.
“La presentación de la moción hoy en el Parlamento ha sido beligerante. Un desprecio al Estado de derecho que establece claramente que un brazo del gobierno no puede discutir un asunto del que ya se ha ocupado otro brazo”, declaró el excandidato presidencial Ekuru Aukot, que presentó la demanda judicial.
Herman Manyora, profesor de periodismo en la Universidad de Nairobi, afirmó que el Gobierno no tenía más remedio que respetar la decisión del tribunal sobre el retraso.
“El gobierno del presidente William Ruto tiene un historial de ignorar las decisiones judiciales, pero si es un gobierno respetuoso con la ley, esperará hasta que el tribunal tome la decisión final. Incluso el debate en el parlamento es un descarado desafío a las leyes del país”, dijo.
El Parlamento había aprobado anteriormente , el Parlamento keniata había aprobado una moción de la Comisión de Administración y Seguridad Interna por la que se aprobaba la petición del gobierno de enviar a los agentes de seguridad ante la escalada de violencia en Haití.
En el acalorado debate, los legisladores de la oposición rechazaron los planes del gobierno para que Kenia dirigiera el equipo policial multinacional en Haití, alegando que violaba la Constitución del país. Los partidarios de la moción afirmaron que Kenia tiene la obligación moral y el deber de ayudar a Haití.
Las cuestiones clave del debate fueron quién financiaría el despliegue y qué justificaciones hay para enviar fuerzas de seguridad a Haití, a miles de kilómetros de Kenia.
“Qué sentido tiene enviar 1,000 policías a Haití cuando hay kenianos muriendo, necesitados de protección y de los servicios de sus policías”, argumentó el legislador de la oposición Rozzah Buya.
Gabriel Tongoya, que preside la comisión parlamentaria de Administración y Seguridad Interior, declaró que todos los costes del despliegue serían financiados por las Naciones Unidas.
La semana pasada el Ministro del Interior, Kithure Kindiki, declaró ante el Parlamento que Kenia sólo desplegaría a los oficiales en Haití si los Estados miembros de la ONU sufragaban la financiación y el equipamiento.
Burundi, Chad, Senegal, Jamaica y Belice han prometido tropas para la misión multinacional.
La violencia se ha intensificado en Haití cuando una banda fuertemente armada rodeó el miércoles un hospital de la capital, Puerto Príncipe, dejando atrapados a los pacientes, entre los que había 40 niños y recién nacidos. La policía rescató posteriormente a los pacientes.
Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse el 20 de julio de 2021, las bandas se han hecho cada vez más poderosas en todo Haití, y el número de secuestros y asesinatos sigue aumentando.
Es alentador ver la participación activa del Parlamento en la toma de decisiones importantes.
La preocupación del Tribunal Supremo por la legalidad del despliegue muestra un respeto por el estado de derecho.
La coordinación con la ONU para abordar la violencia en Haití demuestra esfuerzos internacionales conjuntos.
El compromiso de Kenia de contribuir a la estabilidad en Haití es un acto de solidaridad loable.
Es positivo que el poder judicial esté ejerciendo su función de control sobre las decisiones gubernamentales.
La consideración sobre quién financiará el despliegue muestra una evaluación cuidadosa de los recursos.
El debate en el Parlamento refleja la diversidad de opiniones y un proceso democrático saludable.
La respuesta internacional, con países como Burundi, Chad, Senegal, Jamaica y Belice, es alentadora.
La atención a las críticas y el respeto por las órdenes judiciales son fundamentales para el Estado de derecho.
La prioridad de resguardar la seguridad y bienestar de los kenianos se refleja en el debate parlamentario.
La postura de Kenia de esperar la decisión final del tribunal demuestra un compromiso con la legalidad.
La violencia en Haití es preocupante, y la acción conjunta es esencial para abordar este desafío.
La transparencia en la financiación y equipamiento del despliegue es esencial para la confianza pública.
La rápida respuesta policial para rescatar a los pacientes atrapados muestra eficacia en momentos críticos.