La canciller de Perú, Ana Cecilia Gervasi, abandonó este lunes su cargo tras fuertes críticas por la fallida reunión bilateral entre la presidenta peruana Dina Boluarte y su homólogo de EE.UU., Joe Biden.
El titular de la Presidencia del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, anunció la dimisión en una conferencia de prensa desde el Palacio de Gobierno, en Lima, donde también anunció que posiblemente este martes juramente su reemplazo.
Acompañado de otros ministros, Otárola declaró que Gervasi tuvo una «conducción eficiente» de las relaciones exteriores peruanas. «Se puso a la altura de las circunstancias», añadió.
Gervasi estaba citada para este martes al pleno del Congreso de la República para explicar el «bochornoso incidente» en EE.UU. y aclarar «si realmente existió una reunión bilateral debidamente coordinada y programada».
Fuentes del diario local El Comercio indicaron que «Gervasi decidió dar un paso al costado, con el objetivo de no debilitar al Gobierno» de Boluarte.
Algunos parlamentarios y exministros pedían la dimisión de Gervasi, quien en la víspera señaló enfáticamente que toda la información transmitida al Parlamento fue «veraz y sustentada en los acuerdos alcanzados con las autoridades de los EE.UU.»
La transparencia y la coherencia en la comunicación diplomática son esenciales para mantener la confianza pública y política.
La salida de Gervasi plantea interrogantes sobre la sucesión en el cargo y su impacto en la política exterior de Perú.
La situación pone de manifiesto la importancia de la diplomacia y las repercusiones políticas en la gestión de relaciones internacionales.
Las críticas y demandas de dimisión ilustran la atención que se presta a las relaciones exteriores y la rendición de cuentas en el ámbito político.