La Organización Mundial del Comercio (OMC) señaló que el comercio global de mercancías crecerá solo un 0,8% en 2023, una fuerte ralentización frente al 2,7% de 2022, debida a factores como la persistente inflación y las políticas monetarias restrictivas en Estados Unidos y la Unión Europea.
La estimación revisa casi a la mitad las estimaciones de la OMC de hace seis meses, cuando preveía un aumento de los intercambios globales del 1,7%, y también reconoce como factores negativos los efectos persistentes de la guerra de Ucrania en la economía global y los problemas que atraviesa el sector inmobiliario en China.
Para 2024 la organización mantiene sus previsiones de abril y espera que el comercio global de mercancías crezca un 3,3%, estimulado por un aumento “lento pero estable” del PIB mundial, que la OMC estima será del 2,6% en 2023 y del 2,5% en 2024.
La OMC espera que el próximo año se estabilicen ciertos sectores más sensibles a los ciclos económicos (como los de maquinaria industrial), y se modere la inflación, aunque sigue viendo con preocupación los signos iniciales de fragmentación en la cadena global de suministros.
Síntoma de ello, según la OMC, es la progresiva reducción de la exportación de bienes intermedios desde Asia a EEUU, debido a factores como la creciente tensión política entre Washington y Pekín, contagiada al sector económico.