La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) está planeando construir casas en la Luna que puedan ser utilizadas por astronautas y por civiles comunes y corrientes.
De acuerdo con algunos miembros de la agencia entrevistados por el periódico The New York Times es posible que para el 2040 existan estructuras lunares y los estadounidenses tengan su primera subdivisión en el espacio.
El denominado Proyecto Olimpo ya está en marcha y cuenta con la colaboración de ICON, una empresa de tecnología en la construcción con sede en Austin (Texas) que utiliza una gigantesca impresora 3D para crear casas. La idea es poder llevar uno de esos aparatos a la Luna e imprimir allí todas las estructuras, capa por capa, utilizando una sustancia similar al concreto que los científicos de la NASA están tratando de perfeccionar.
Este «hormigón lunar» estará compuesto de recursos lunares como astillas de roca, fragmentos minerales y polvo, en calidad de materiales de construcción. Se prevé que, elaborando todo a partir de los minerales que se encuentran en el satélite natural, las estructuras sean menos vulnerables al polvo abrasivo y cortante que se arremolina en penachos, que son nocivos cuando se inhalan.
Para cerciorarse de que el proceso de impresión sea exitoso y de que la maquinaria de construcción pueda ser operada en el espacio, la NASA probará en la Tierra todos los equipos. «La química es la misma allá arriba, pero la física es diferente», dijo Patrick Suermann, de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Texas A&M, que está trabajando estrechamente con la agencia espacial.
Así, en febrero de 2024, la impresora de ICON será sometida a una primera prueba en las condiciones de radiación y vacío térmico que tendría que soportar en la Luna. «Si puedes sobrevivir a nuestras cámaras, entonces es muy probable que sobrevivas en el espacio», señaló Víctor Pritchett, director de fluidos experimentales y pruebas ambientales del Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA.
Al mismo tiempo que los investigadores intentan comprender si realmente es posible manipular el suelo de la superficie lunar para convertirlo en material de construcción, también trabajan con un puñado de universidades y empresas privadas para crear prototipos de mobiliario espacial y diseño de interiores, entre otros artículos para el hogar (desde puertas hasta azulejos).