La Cámara Baja de Estados Unidos, de mayoría republicana, aprobó este jueves una enmienda a los presupuestos del Departamento de Estado que cortaría ciertos programas de ayuda a México hasta que la Casa Blanca certifique que las autoridades mexicanas están colaborando para reducir el tráfico de fentanilo.
La propuesta tiene pocos visos de prosperar en el Senado, ya que va ligada a un proyecto de presupuestos para el año 2024 al que se oponen los demócratas, que controlan la cámara.
Está previsto que este viernes la canciller mexicana, Alicia Bárcena, se reúna en Washington con su homólogo estadounidense, Antony Blinken, donde sin duda tratarán la cuestión del fentanilo.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha negado varias veces que la sustancia, responsable de la peor crisis de drogas en la historia de Estados Unidos, se produzca en su país, al argumentar que llega directamente desde China y que por México pasa solo una pequeña parte.
La Casa Blanca, sin embargo, insiste en que el fentanilo sí se produce en México, aunque sus precursores químicos vengan de China, y ha acusado a las autoridades mexicanas de «falta de voluntad» para dedicar mayores recursos a luchar contra el tráfico a través de la frontera.
En concreto, según Washington, los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación producen la droga en laboratorios clandestinos mediante productos químicos y cosméticos que adquieren legalmente de China y luego lo distribuyen en territorio estadounidense.
El fentanilo es un potente opioide sintético cincuenta veces más fuerte que la morfina. El año pasado causó más de 70.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos.