Las autoridades españolas lograron desbaratar una red criminal dedicada al tráfico de migrantes desde Colombia hacia España. Esta organización, que operaba bajo la fachada de una agencia de viajes, tenía como objetivo principal que aquellos que llegaran a suelo español, ya fueran adultos o menores, se quedaran de manera permanente a cambio de sumas que oscilaban entre 1.500 y 2.000 euros por migrante.
El golpe policial se realizó en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde cuatro individuos fueron detenidos en el momento en que intentaban introducir a trece migrantes procedentes de un vuelo con origen en Bogotá. Estos arrestados formaban parte de una red que presuntamente había facilitado la entrada de alrededor de mil personas, según la información proporcionada por la Policía.
Una vez en España, los miembros de la red entregaban a los migrantes a sus familiares, que los esperaban en el aeropuerto, o les proporcionaban las indicaciones necesarias para llegar a su destino final. Poco después de su llegada, siguiendo las indicaciones de la organización, la mayoría de los migrantes se inscribían en un registro oficial en el que constan los habitantes de una población para justificar su permanencia en el país durante el tiempo requerido y poder regularizar posteriormente su situación administrativa.
En el marco de este operativo, las autoridades confiscaron aproximadamente 23.000 euros en efectivo y solicitaron el bloqueo de una cuenta bancaria que contenía 145.000 euros, además de diversos productos financieros e inmuebles en Colombia.